Ahora que hemos dejado atrás el invierno y los días son más largos parece que todos queremos estar más sanos y lucir un mejor cuerpo para el verano. Un estilo de vida saludable es necesario para evitar enfermedades y complicaciones, además de una buena calidad de vida. También ocurre cuando tenemos problemas de esterilidad y durante el embarazo. Hoy vamos a analizar en que medida afectan el tabaco, alcohol y demás tóxicos en la vida reproductiva de la mujer.
Tabaco:
Las complicaciones del tabaco se relacionan con problemas pulmonares, cáncer y muerte. Actualmente las cajetillas de tabaco nos recuerdan muchos de los problemas que pueden tener los fumadores. En ese recuadro negro a veces aparecen frases relacionadas con el tabaco y la esterilidad o el daño que puede producir en el embarazo, aunque no muchos lo sepan o le den la importancia que realmente tiene.
El tabaco afecta a la calidad ovocitaria envejeciendo y acelerando su pérdida, y por lo tanto disminuyendo las posibilidades de embarazo. Este problema repercute tanto en reproducción natural como asistida, obteniendo resultados peores en las mujeres fumadoras. Estudios médicos demuestran que el tabaco añade 5-10 años a la edad reproductiva de la mujer y adelanta la edad de la menopausia de 1 a 4 años.
Fumar provoca alteraciones en la movilidad de las trompas, lo que dificulta el embarazo, y aumenta las posibilidades de un embarazo extrauterino. Además, el riesgo de aborto, parto prematuro, bajo peso al nacer, muerte súbita neonatal… se ve incrementado. Incluso hay estudios que indican que fumar durante en el embarazo puede repercutir en la fertilidad de nuestros hijos.
Los cigarrillos contienen cientos de componentes (alcaloides, hidrocarburos, polifenoles…) que alteran las producción correcta de las cadenas de ADN, tanto en óvulos como en espermatozoides, lo que provoca genes anormales y por lo tanto embriones no evolutivos. Los resultados obtenidos en ciclos de reproducción asistida son peores en mujeres fumadoras (peor respuesta ovárica, peores tasas de embarazo, más abortos…) debido a la repercusión del tabaco en los gametos. Cada año que la mujer haya fumado disminuye un 9% el éxito en tratamientos de reproducción.
Los riesgos que hemos comentado son similares en fumadores activos y pasivos. Por lo tanto, es importante que ambos miembros de la pareja dejen de fumar
Alcohol:
El consumo de alcohol alto (140g por semana, 2-3 bebidas alcohólicas diarias) multiplica en las mujeres por 2 el riesgo de infertilidad. Se relaciona con problemas en la ovulación debido a los cambios que produce en la secreción hormonal que regula el ciclo ovárico. Además, afecta al desarrollo del embarazo, aumentando el riesgo de aborto, parto prematuro, bajo peso al nacer y muerte fetal. El síndrome de alcoholismo fetal relacionado con la ingesta de alcohol en el embarazo se caracteriza por alteraciones faciales y cardíacas, retraso del crecimiento y trastorno del desarrollo psicomotor.
En el caso del varón el alcohol disminuye la producción espermática y de testosterona, además de disminución en la líbido, impotencia y atrofia testicular.
Si al consumo de alcohol añadimos el tabaco, la repercusión negativa no se suma sino que se multiplica.
Cafeína:
La cafeína a dosis altas puede reducir un tercio las posibilidades de conseguir embarazo. Dosis superiores a 300mg al día (más de 3 tazas de café) afectan a las tasas de gestación, según estudios recientes por una disminución en la movilidad de las trompas de Falopio. Estas dosis de cafeína también afectan al desarrollo fetal y elevan las complicaciones durante el embarazo.
Recordad que la cafeína además de en el café, también se puede encontrar en el té, algunos refrescos de cola y energéticos (Coca Cola, Red Bull…) e incluso en el chocolate.
Marihuana:
Disminuye la movilidad de los espermatozoides, lo que conlleva a disminuir las posibilidades de embarazo espontáneo.
Otras drogas (cocaína, heroína, éxtasis, anfetaminas…):
Además de los problemas severos de salud que pueden provocar, pueden afectar a las funciones sexuales, e incluso dañar el material genético de óvulos y espermatozoides.
Por lo tanto, es preciso evitar el tabaco y otras drogas por la repercusión que pueden tener en la fertilidad femenina y masculina, y también durante el embarazo. Esto no quiere decir que no se pueda tomar un café para desayunar o una copa de vino o una cerveza de vez en cuando.
Una vida saludable con una dieta equilibrada, ejercicio físico moderado y evitando tóxicos y drogas nos ayuda a conseguir un embarazo sin complicaciones y un niño sano.