Hiperestimulación. Un síndrome a tener en cuenta

Hoy nos hemos reunido 16 especialistas de alto nivel de nuestro país. Creo que era el más joven. Mucho de lo que hoy en día sé, lo he aprendido de algunos de los que se han sentado a la mesa conmigo. Ha sido una grata sorpresa pero no ha sido la única. Hemos hablado y debatido muchos temas ligados a la reproducción asistida, pero uno en el que hemos hecho hincapié, han sido las complicaciones de nuestras técnicas y lo que podemos considerar éxito o fracaso hoy en día.

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Hace unos años no era un tema de los que se trataba habitualmente, pero el giro que hemos dado para mejorar la seguridad de nuestras pacientes y sus hijos es algo de lo que personalmente, me siento orgulloso. Lo que hace unos años era rutinario en nuestros centros hoy en día no lo es, y llevamos el camino de erradicarlo. Hablo de complicaciones como el embarazo múltiple y el Síndrome de Hiperestimulación Ovárica (SHO). Hoy hablaremos de esto último.

La estimulación ovárica controlada es un proceso que utilizamos en cualquier técnica de reproducción asistida para aumentar la cantidad de óvulos, y asi las posibilidades de embarazo. En la inseminación artificial la estimulación suele ser suave, ya que el objetivo será conseguir 2 o 3 ovocitos. En la Fecundación In Vitro (o ICSI) el número de ovocitos recuperados suele ser mayor (8-10), lo que implica mayor respuesta ovárica. A mayor respuesta mayor riesgo de Síndrome de Hiperestimulación Óvarica. No obstante se han descrito casos en baja respuesta e incluso en ciclo natural.

Consiste en una alteración hormonal que afecta a diferentes niveles. Por un lado, los ovarios están aumentados de tamaño (si lo normal es que midan 2-3cm pueden llegar a tener un tamaño 4-5 veces mayor) y por otro lado, aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos, y esto hace que el plasma de la sangre salga, sobre todo a nivel abdominal. Este líquido que se acumula entre las estructuras pélvicas se denomina “líquido libre”, es irritativo y produce dolor, junto con la distensión y sensación de hinchazón.

Generalmente aparece en dos fases:

  • La primera o precoz aparece justo después de la punción. Esa misma noche o al día siguiente la paciente siente hinchazón abdominal, que se asocia con molestia o dolor. Puede ir asociado a dolor con el movimiento (al andar, correr, saltar…) porque se debe al aumento del tamaño de los ovarios y al acúmulo de líquido en el abdomen. También se relaciona con disminución en la cantidad de orina, y puede aparecer falta de hambre o dificultad al respirar. Suele ser leve y su duración limitada (3-6 días).
  • La tardía, aparece a los 7-10 días y suele ir precedida de la precoz, aunque no siempre. Es más severa que la precoz y más duradera, llegando a las 8-10 semanas. Los síntomas son similares pero más intensos, y puede resultar una situación grave para la paciente. Se asocia a embarazo, y salvo que éste no evolucione correctamente, el SHO lo acompañará durante el primer trimestre.

La gravedad del proceso suele ir vinculada a la cantidad de folículos obtenidos en la estimulación ovárica, los niveles de estradiol y se desencadena por una hormona -HCG-. Esta hormona se utiliza para la maduracióm ovocitaria (Ovitrelle®), pero también es la hormona del embarazo (en la que se basa cualquier predictor). Es por ello que el embarazo repercutirá negativamente en el desarrollo del SHO.

No obstante, hoy en día ya no vemos aquellos cuadros severos de este síndrome, que tenemos que considerar como nuestro, ya que sólo se da en pacientes de reproducción asistida. La prevención es la mejor forma de combatirlo. Ahora podemos y debemos hacerlo.

 

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